Un Ecosistema emprendedor para favorecer el desarrollo y el empoderamiento de adolescentes y jóvenes trabajadores en Oruro, Bolivia
La Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) en su Convocatoria de Subvenciones a Acciones de Cooperación para el Desarrollo para la realización de Acciones de Innovación para el Desarrollo 2023, ha concedido a la Universidad de Burgos, a través del Centro de Cooperación y Acción Solidaria.
Vicerrectorado de Internacionalización y Cooperación, 495.242 euros para la creación de un Ecosistema emprendedor en la ciudad de Oruro, Bolivia.
Esta propuesta reedita el proyecto Ecosistema emprendedor para favorecer el desarrollo y empoderamiento de adolescentes y jóvenes trabajadores en Potosí, Bolivia, diseñado, ejecutado y evaluado por la UBU de febrero de 2022 a julio de 2023, y financiado a través de la misma convocatoria de la AECID en 2021, con 200.696 euros.
Con el apoyo de la Federación Castellanoleonesa de Empresas de Inserción (FECLEI) y contando como socio ejecutor con la Universidad Privada Domingo Savio en su sede de Oruro, se reedita el Proyecto de 2022 ejecutado en Potosí para crear una Escuela de Emprendimiento de enfoque multidisciplinar, con un objetivo común: la mejora de las condiciones de vida de los/as adolescentes y jóvenes trabajadores/as de Oruro, especialmente del sector de la minería.
La Escuela de Emprendimiento se constituye como el centro neurálgico de un ecosistema emprendedor que beneficie al conjunto de la comunidad, a través de la formación, la promoción y el fomento de microemprendimientos comunitarios e individuales; la creación de un Fondo Solidario de Ahorro; y la constitución de una Asociación de Emprendedores/as Sociales.
El objetivo es vertebrar las empresas sociales vinculadas a la escuela, en un país, Bolivia, en el que el 36% de la población vive en situación de pobreza moderada y el 11% en situación de pobreza extrema y en el que niños/as y adolescentes sufren en mayor medida la vulneración de sus derechos, con un 40% de la población entre 0 y 18 años en situación de pobreza multidimensional.
Parte de los emprendimientos que se van a impulsar están especialmente diseñados para abordar necesidades concretas del contexto, como son la malnutrición y el acceso al agua potable; para ello, se van a potenciar emprendimientos con componente tecnológico de panadería, repostería y pastelería saludables, así como de construcción y comercialización de potabilizadoras de agua portátiles.
La implicación de los Departamentos y Áreas de Nutrición y Bromatología, de Ingeniería electromecánica y de Ingeniería química, han sido esenciales para el diseño de las propuestas.
El Ecosistema emprendedor, además, va a impulsar la formación y el fomento de emprendimientos en dos potenciales sectores estratégicos vinculados a Oruro y su famoso Carnaval: el turismo y la artesanía.
Recientemente, el equipo de trabajo mantuvo una reunión para coordinar las actuaciones a implementar en los dos próximos años.
En ambas ocasiones, María Dolores Fernández Malanda, profesora del Departamento de Ciencias de la Educación, lleva la dirección científica de un proyecto que cuenta con un equipo investigador interdisciplinar de docentes de la UBU, integrado por: María Esther Gómez Campelo (Facultad de Derecho), Sara Raquel Alonso de la Torre, Victorino Díez Blanco, Cipriano Ramos Rodríguez (Facultad de Ciencias), Sara Gutiérrez González, Gabriel Rubio Pérez (Escuela Politécnica Superior) María Sonia Marcos Naveira (Facultad de Económicas y Empresariales), Isabel Luis Rico, Tamara de la Torre Cruz, Mara García Rodríguez, Juan Pablo Pizarro Ruiz (Facultad de Educación), y por Azucena Ubierna Alarcia (Servicio Universitario de Empleo), Soraya Cámara Azúa y Luana Ailen Presti (Centro de Cooperación y Acción Solidaria).
El Proyecto, que tiene como principios transversales el enfoque basado en los Derechos Humanos y las libertades fundamentales, la igualdad de género, la sostenibilidad medioambiental, y el enfoque sobre la diversidad cultural, se ha formulado no solo para garantizar el Derecho a la educación, apoyando a las organizaciones de adolescentes y jóvenes trabajadores/as, con capacitación técnica y el acceso a mercados seguros, también facilita su protección ante (como denomina la OIT) las peores formas de trabajo, asegurando el acceso a la educación para su desarrollo profesional y estableciendo mecanismos de acceso a la seguridad en el ámbito laboral.
