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Una empresa vale, lo que valen sus personas

La Universidad de Burgos celebra durante esta semana el curso de verano “Equidad, inclusión y diversidad: su gestión en los entornos laborales”, organizado por distintos servicios de la Universidad como el Centro de Cooperación y Acción Solidaria, el Servicio Universitario de Empleo, la Unidad de Igualdad y la Unidad de Atención a la Diversidad y la colaboración de Red Acoge.

El objetivo principal del curso es poner en valor la diversidad humana como elemento de innovación y enriquecimiento en las empresas, como explica Natividad de Juan Barriuso, una de las directoras del curso: “Nuestro objetivo es acercar a las empresas y a los profesionales cómo gestionar la diversidad en los entornos laborales para implementar una cultura de la diversidad en las empresas”. Esta cultura se traduce en mejoras del clima laboral y la productividad, además de que los equipos humanos diversos son más innovadores y fomentan la creatividad, a juicio de la directora.

Las diferentes mesas redondas y conferencias han tratado este tema desde múltiples puntos de vista, de la mano de expertos, profesionales y miembros de entidades y asociaciones.

Uno de ellos ha sido Mahfud Chaaban, egresado del Máster en Profesorado de Educación Secundaria de la UBU, tras cursar Sociología y Ciencias Políticas en Salamanca, que compartió su experiencia como responsable de equipos de prueba en Accenture y discapacitado visual.

A juicio de Mahfud, la tecnología puede ser una gran aliada para acceder al mercado laboral “Las oportunidades de empleo depende de la formación, por ejemplo, la tecnología es un campo muy amplio que ofrece numerosas oportunidades, desde la programación, diseñadores, probadores de software, supervisor de normativas…”

La tecnología permite a este saharaui teletrabajar desde su residencia en Logroño, tras pasar por Granada y Madrid, aunque cree que la mayor barrera que tienen las personas con discapacidad es la cognitiva “el conocimiento de una persona” y recomienda a los responsables de recursos humanos “saber comunicarse con las personas de diferentes perfiles, incluidas las que tienen alguna discapacidad y aprovechar las herramientas que lo facilitan para prevenir la exclusión”.

Dirigiéndose a las personas con discapacidad recomendó “acudir a las fundaciones de las empresas o asociaciones, donde pueden acceder a formación y promoción de empleo”.

Representando a estas instituciones durante la jornada intervino Sabina Lobato, directiva en el área de formación y empleo de la Fundación ONCE. En su ponencia trató las barreras que impiden el acceso al mercado laboral, abordando y las características de cada colectivo de personas con discapacidad, además de la importancia que el trabajo tiene para estas personas.

“Queremos mostrar estas barreras, sobre todo las que no se ven, y como trabajar para que las empresas sean cada vez más incluyentes. Las personas con discapacidad representan casi el 10% de la población y las empresas no pueden obviar el mercado potencial que suponen ellos y sus familias”. Además presentó algunos proyectos desarrollados por la Fundación ONCE, relacionados con competencias digitales necesarias para el acceso al empleo.

También aseveró que “una empresa que tiene una plantilla diversa es más capaz de entender las necesidades diversas de la sociedad, y esto se aplica a cualquier colectivo, no solo discapacitados, sino personas de diferentes etnias, orientaciones sexuales, procedencias…”

Todos somos singulares

La visión empresarial la aportaron dos mujeres, Isabel Rodríguez, Business Partner en el Departamento de Personal de Pascual; y María Ángeles Pinto Pascual, responsable de Reclutamiento y Comunicación en L’Oréal.

Para Isabel Rodríguez es necesario que “seamos más abiertos con la discapacidad, cada vez existe un mayor número de personas con alguna, leves o graves, y debemos adaptarnos, generando un entorno inclusivo que acepte la singularidad”. También destacó el aprendizaje que supone compartir trabajo con personas con discapacidad y que “todos aportamos valores, todos somos diferentes, singulares, y una empresa vale lo que valen sus personas”.

Esta singularidad también fue uno de los argumentos expuestos por María Ángeles Pinto Pascual, que presentó el programa de buenas prácticas a nivel de diversidad del Grupo L’Oréal. “Para nosotros lo importante es la persona, no todos valemos para lo mismo, como ejemplo en la actual plantilla tenemos un 2,5% de personas con discapacidad, tanto en producción como en oficinas”, explicó

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