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La UBU espera la semana próxima a las siete primeras estudiantes ucranianas

La Universidad de Burgos ha presentado esta mañana el programa UBU-Refugio para ayuda a estudiantes ucranianos, con un importe para esta primera fase 70.000 euros, cofinanciados por la Cátedra Francisco González Alonso, promovida por Gonalpi S.L. y la Inmobiliaria Doble G.

El rector Pérez Mateos ha explicado que el objetivo de este programa, que se puso en marcha el pasado 8 de marzo es “dar acogida a un contingente de 25 estudiantes ucranianos y a sus familias que quieran continuar sus estudios en nuestra universidad, número que pretendemos duplicar, si conseguimos la financiación para una segunda fase”.

“A día de hoy hemos recibido 369 solicitudes y ya se han seleccionado a las primeras 25 estudiantes, para que continúen sus estudios en titulaciones afines, y esperamos que 7 de ellas lleguen a la UBU a lo largo de la próxima semana”, detalló el rector.

Manuel Pérez Mateos agradeció el mecenazgo de la Cátedra Fernando González Alonso, que desde 2010 financia diversas actividades en la UBU y que en esta ocasión aporta 40.000 de los 70.000 euros para esta primera fase del programa. La duración prevista es de diez meses y se espera que el importe global alcance los 150.000 euros.

Francisco González García, cuyo padre da nombre a la cátedra Francisco González Alonso, intervino durante la presentación y aseguró que “tenemos que apostar por esta iniciativa de la Universidad y creo que este programa es vital para que estos estudiantes ucranianos continúen sus estudios, sin olvidar el enriquecimiento que estas estudiantes e investigadoras aportarán a la UBU, que también contribuirán al fortalecimiento de su estructura”.

El rector también informó de una segunda convocatoria de 20.000 euros, patrocinada íntegramente por esta Cátedra, para estudiantes de grado de la UBU con dificultades económicas sobrevenidas, que será incrementada por la Universidad si fuera necesario.

Centrándose en las estudiantes ucranianas objeto de acogida, el rector explicó que el programa ofrece ayudas para alojamiento, manutención, asesoramiento legal, apoyo psicológico, cursos de español y acceso a bicicletas para la movilidad de estas alumnas, además de la matrícula gratuita, junto con una pequeña ayuda económica para gastos personales.

“En su momento hicimos un llamamiento a la sociedad burgalesa, que ha tenido una espectacular respuesta y ya contamos con 88 familias burgalesas – varias de ellas de miembros de la comunidad universitaria – que se han ofrecido para acoger a estas estudiantes y sus familias en los próximos meses”, se felicitó el rector, quien agradeció a los medios de comunicación su apoyo en la difusión.

Además, Pérez Mateos informó que hasta el momento se han recaudado 3.910 euros gracias a donaciones de particulares y que la cifra de voluntarios que formarán los grupos de acogida y mentoría de las estudiantes refugiadas asciende actualmente a 56 voluntarios. “Estos voluntarios serán las personas de referencia para estos estudiantes, 4 de ellos hablan ucraniano y nos están ayudando en las labores de traducción, además de ser nuestro contacto telefónico con las alumnas que se encuentran de viaje hacia Burgos”.

La UBU ha trasladado este programa a los ministerios de Asuntos Exteriores y de Universidades, así como a la Junta de Castilla y León para solicitar instrucciones y comunicado esta oferta al Ministerio de Educación de Ucrania y a las ONGs oficiales que trabajan sobre el terreno.

Junto a las citadas estudiantes, la Universidad de Burgos tiene la intención de incorporar a 15 investigadoras ucranianas, contratadas en calidad de profesoras visitantes con una remuneración de 1.200 euros mensuales, para lo que espera contar con la ayuda de la Junta de Castilla y León.

El rector también destacó la labor del Centro de Cooperación de la Universidad para facilitar la tramitación, llegada y seguimiento de estas personas. Soraya Cámara Azúa, técnico del Centro de Cooperación, explicó que se mantiene contacto permanente con estas refugiadas. “Algunas de estas personas siguen en Ucrania, otras en países fronterizos, y les procuramos facilitar la información necesaria para adelantar su llegada a Burgos. Por ejemplo, en Varsovia tenemos el contacto de una persona que ha sido estudiante de la UBU y actúa como contacto para las personas que llegan a Polonia”.

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