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Frenazo del UBU San Pablo en Zarautz

El UBU San Pablo no pudo consolidar su racha de victorias, tras caer sin paliativos ante un Amenabar Zarautz que no tuvo piedad de su rival. Los burgaleses llegaron a tener nueve goles de desventaja en un choque en el que todo salió mal y en el que las tímidas intentonas cidianas chocaban una y otra vez contra el guardameta local, Paulo Ostolaza.

Comenzó la primera parte como un ciclón el bloque burgalés. Los de Nacho González saltaron a la cancha lanzado y la exclusión de Ander Asotrasagasti en el minuto 1 permitió a los rojinegros abrir una brecha inicial de 1-3. Pronto recuperó terreno el equipo de casa, que en el 11 de partido igualó la contienda para ponerse 5-5. El conjunto vasco levantó una muralla defensiva que puso en dificultades a los cidianos, de modo que en el 14 de juego el tanteo dio la vuelta para mostrarse favorable a los locales.

La contienda entró en una fase de igualdad en la que nada parecía romper el equilibrio. La exclusión de Vera en el 18 puso a prueba la solidez de los cidianos que no se terminaban de encontrar cómodos en el parquet. Zaratutz marcaba el ritmo y no permitía correr a los burgaleses que veían cómo en el 22 los guipuzcoanos se ponían dos arriba (11-9). Burgos aguantaba la dinámica de juego impuesta por el rival, pero no lograba devolver la igualdad al choque a pesar de contar con múltiples oportunidades.

La responsabilidad anotadora se centraba únicamente en Ruslan, Dalmau e Ignacio lo que evidenciaba las dificultades que atravesaba el ataque burgalés. En la última jugada de la primera parte, la opción de ponerse a un gol de distancia se convirtió en un robo de balón y contraataque local para situar el marcador en un 15-12.

Con la misma tendencia se regresó a la pista. La precipitación de los visitantes facilitaba la labor defensiva de los zarauztarras, que pronto vieron su ventaja ampliada a los cinco goles. Nada favorecía a los cidianos, que tampoco encontraban un aliado en los lanzamientos de siete metros —fallaron 3/3 en el partido—. En el 37, la ventaja para los locales era de 7 dianas (20-13), lo que obligó a Nacho González a solicitar un tiempo muerto para reordenar ideas y posiciones.

La charla fue efectiva en parte, pues el ritmo de juego cambió, pero los cidianos seguían acumulando errores en los lanzamientos, en gran medida, también, por la excelsa actuación del portero local que llegó a desquiciar a los castellanos.

En el 45, Nacho González volvía a parar el partido, con nueve goles en contra ya para los suyos (24-15). Alineó, entonces, el técnico del UBU San Pablo una defensa 5:1 para tratar de alejar el peligro. La ofensiva vasca se vio limitada, pero en la otra área Ostolaza seguía siendo un muro infranqueable. Cualquier intentona burgalesa chocaba con el meta local o contra su propia frustración.

A falta de cinco minutos, un arreón de los rojinegros puso nerviosos por un momento a los locales y el tanteo llegó a colocarse a cuatro goles a falta de dos minutos, pero fue un espejismo. El Amenabar Zarautz cerró el partido con la solvencia que había demostrado durante todo el choque y dejó KO a un UBU San Pablo que acusó la inactividad y los problemas de salud de las últimas semanas.

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