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El Foro de la Concordia apuesta por el diálogo entre las religiones monoteístas como el camino para la fraternidad mundial

Personas de diversas religiones y ámbitos del conocimiento hicieron un verdadero ejercicio de diálogo y encuentro por la promoción de la concordia, la fraternidad y la convivencia. Dos son los ejes sobre los que se vertebró el coloquio: el diálogo interreligioso y el encuentro entre los diferentes saberes, entendidos como mecanismos para activar el acercamiento entre las tres religiones abrahámicas.

Junto a la Catedral de Burgos, en el Arco de Santa María, la sala desde donde se administraba la justicia en la ciudad está decorada con esta hermosa sentencia: “Pace ac concordia parvae res crescunt, discordia maximae descrescunt” (Con la concordia las cosas pequeñas crecen; con la discordia, las cosas más grandes se diluyen). Desde esta certeza, con el convencimiento de que nuestra Catedral, como todas las catedrales, son espacios privilegiados donde se manifiesta la necesaria concordia entre los pueblos y las personas, así como entre los diferentes saberes que las han hecho posibles (técnicos, filosóficos, teológicos…), en el contexto del VIII Centenario, hemos vivido en Burgos unos días especiales.

Durante ellos, personas muy diversas de ámbitos, religiones y saberes distintos, han hecho un verdadero ejercicio de diálogo y encuentro que ayuda en la promoción de la concordia, la fraternidad y la convivencia. Su finalidad ha sido contribuir en la construcción de la vida en común, precisamente cuando la paz, la concordia y la convivencia pacífica se encuentran bajo amenaza en frentes muy diversos.

Dos han sido las cuestiones que han centrado nuestros encuentros: el diálogo entre las religiones y el encuentro entre los diferentes saberes. Al concluir este Foro celebrado en la Catedral de Burgos nos atrevemos a proponer estas conclusiones que nos ayuden a seguir explorando caminos de concordia:

1. El diálogo, la escucha, el encuentro, el aprendizaje mutuo entre las distintas religiones son el mejor camino para el establecimiento efectivo de la fraternidad humana (Papa Francisco). Y, sobre todo, son una necesidad vital, de la que en parte depende el futuro de la concordia entre las personas, las naciones y los pueblos.

2. Para ello, las tres religiones necesitan desactivar aquellos dinamismos, a primera vista basados en sus mismos textos fundantes, que han podido favorecer los enfrentamientos, la intolerancia, la
intransigencia, las persecuciones y las guerras. No hay blasfemia mayor que invocar el nombre de Dios para justificar la muerte de los que no comparten la fe propia.

3. Pero deben igualmente activar al máximo las potencialidades que encierran para el establecimiento de la paz entre los pueblos: las numerosas y precisas indicaciones en sus textos sagrados, la dignidad e igualdad radical de todo ser humano ante Dios, la preocupación por la justicia social y la defensa de los derechos humanos, especialmente de libertad religiosa, la superación de las enormes desigualdades, la atención preferente a los pobres y marginados, el cuidado de la casa común, el acceso a la educación, la distribución justa de vacuna y medicinas… Su contribución en estos campos es el modo más convincente de hacer creíble su apuesta por la concordia y la pacificación.

4. El acercamiento y el encuentro no tienen como objetivo fundir las tres religiones en una sola, pues el diálogo en la verdad y en la caridad solo puede llevarse a cabo desde la propia identidad confesante. De ahí la necesidad del conocimiento recíproco, del respeto mutuo y del enriquecimiento común al reconocer y adorar al Dios Único como creador de todos los seres humanos y fundamento de la fraternidad entre ellos.

5. Del mismo modo, la concordia entre saberes (filosófico, teológico, técnico, científico, histórico…) es posible. Lo que une a todos es la pretensión de acceso al conocimiento de la realidad. Los diferentes métodos propios de cada saber específico aportan perspectivas nuevas y, en su conjunto, favorecen una comprensión mejor, más holística y universal del mundo que habitamos y contribuyen a dar respuesta a los interrogantes humanos.

6. La concordia entre saberes pasa, pues, por el mutuo respeto de la identidad propia de cada saber, por la estima de sus procedimientos epistemológicos y por la admisión de sus ámbitos concretos
de conocimiento.

7. Concordia, armonía, integración, transdisciplinariedad, escucha, encuentro… entre saberes y conocimientos son modos de hablar de una pretensión común: hacer posible un saber integral de la realidad toda para poder ser y vivir en un mundo más humano y humanizado.

8. De cara al futuro, es preciso apostar por una formación múltiple, una educación abierta a la pluralidad de saberes, que se han de integrar, personal y socialmente, en una búsqueda permanente de su armonización y concordia.

Estamos seguros de que estas propuestas nos ayudarán a seguir caminando por caminos de fraternidad y de concordia, haciendo de nuestro mundo la casa común de todos. Desde nuestra Catedral de Burgos, espacio único de encuentro, de apertura, de acogida y de convivencia, invitamos a toda nuestra sociedad burgalesa y a todos los hombres de buena voluntad a recorrer estos caminos que nos llevarán a la auténtica paz y al desarrollo.

Tras tres días de concordia, los caminos que se proponen desde este foro se encaminan para comprender al otro desde la propia identidad de cada individuo. Se cierra así el primer Foro de la Concordia, una iniciativa que, desde el respeto y la voluntad de diálogo, nace con vocación de continuidad.

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