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El Instituto de la Lengua y las Universidades de Castilla y León presentan los libros Las Glosas Silenses estudio crítico y edición facsímil versión Castellana del Penitencial y el Fuero de Brasoñera

La Fundación Instituto Castellano y Leonés de la Lengua ha presentado hoy sus últimas publicaciones vinculadas a la investigación de los orígenes del español en Castilla y León que la Fundación promueve en Castilla y León, junto a las cuatro universidades públicas de la Comunidad. Se trata de ‘Las Glosas Silenses, Estudio crítico, edición facsímil y versión castellana del Penitencial’, (Colección Beltenebros), y ‘Fuero de Brañosera (Estudio y edición crítica)’, (Colección Beltenebros).

El director del Instituto Castellano y Leonés de la Lengua, Gonzalo Santonja, acompañado de los autores implicados en ambos proyectos, ha explicado en rueda de prensa telemática, que la institución da prioridad a los estudios vinculados a los orígenes del español, “eje vertebral de la actividad científica del Instituto de la Lengua”. La diputada de Cultura de Burgos, Raquel Contreras, también se ha sumado a la presentación virtual de ambas publicaciones.

Las Glosas Silenses tiene como punto de partida el establecimiento de una transcripción paleográfica sumamente exigente, rigurosa y depurada de las Glosas, sometida a un proceso de revisión que se da por cerrado al cabo de años. Realizado en coedición con la Real Academia Española (RAE), el título está coordinado por José Manuel Ruiz Asencio, Mauricio Herrero Jiménez e Irene Ruiz Albi (Universidad de Valladolid) e incluye un prólogo del director de la RAE, Santiago Muñoz Machado.

Entre las novedades que ofrece esta nueva edición de las Glosas Silenses se encuentra la inclusión del texto glosado, el Penitencial, del latín original al español, tarea que ha asumido el latinista Carlos Pérez (Universidad de Burgos), que aporta por primera vez una versión rigurosa y diáfana del texto. El director del Instituto Castellano y Leonés de la Lengua, Gonzalo Santonja, señala en la introducción que las novedades que incorpora esta investigación constituyen un paso adelante notable en el estudio del periodo de los orígenes del español.

El profesor de la Universidad de Burgos Carlos Pérez, encargado de traducir el Penitencial del latín original al castellano actual, ha reconocido que las ediciones previas de las Glosas se habían traducido de forma parcial, sin prestar atención al original y, en ocasiones, manteniendo el original en latín cuando el texto resultaba difícil de comprender y traducir. Este ‘catálogo de pecados’ que es el Penitencial carecía de sistematización y en él abundan las referencias a pecados de tipo sexual, aspecto que ofrece una radiografía de la sociedad del momento.

Para la preparación de esta edición, se ha utilizado la misma metodología empleada con anterioridad en el estudio de ‘Los Becerros Gótico y Galicano de Valpuesta’ el ‘Cartulario de Cardeña’ y el ‘Fuero de Béjar’. La transcripción paleográfica inicial da paso a la intervención de lexicógrafos, latinistas e historiadores, especialistas que ofrecen perspectivas complementarias al propio texto.

“Se trata de una edición llena de novedades; las Glosas es un texto muy conocido, que presenta muchos problemas y con esta edición hemos podido solucionar algunos de ellos. Esta nueva edición Parte de un trascripción rigurosa, como ha sucedido con Valpuesta y Cardeña, a la que no se ha planteado ninguna objeción, y que servirá de referencia para estudios posteriores”, ha reconocido Santonja.
Entre las novedades de esta edición, José Antonio Pascual (RAE) y Ramón Santiago (Universidad Complutense) acentúan la importancia del ‘manantial de Cardeña’ y de varios diccionarios antiguos perdidos (silenses y emilianenses), mientras que el investigador Miguel C. Vivancos traza un estado de la cuestión modélico por su carácter completo y objetivo. En cuanto a la datación del manuscrito, Ruiz Asencio, Ruiz Albi y Herrero Jiménez lo sitúan a finales del siglo XI o comienzos del XII, obra de una misma mano, mientras se aprecia una segunda mano introduciendo correcciones de escaso relieve, y otra tercera, carolina, que deja huellas mínimas de un quehacer posterior.

Sobre la procedencia del manuscrito silense, los autores defienden el protagonismo de Burgos, apuntando la hipótesis de que el texto llegara a través de la relación que los prioratos mantenían con la casa madre de La Chaise-Dieu (Auvernia) en tiempos de San Lesmes, fundador en ella del monasterio benedictino de San Juan Evangelista, centro de atención a los peregrinos del Camino de Santiago. La hipótesis se fundamenta en el análisis minucioso del manuscrito gracias a la excelente calidad de las imágenes del original proporcionadas por la British Library, depositaria del manuscrito. Así, Ruiz Asencio ha destaca este protagonismo situando la fecha de datación del documento hacia el año 1100, dejando aparcada la tesis que defendió Ramón Menéndez Pidal (Orígenes del español), que apuntaba hacia el año 880.

Santonja, además, ha querido destacar la aportación hecha por el director de la RAE, Santiago Muñoz Machado, “que ofrece un prólogo memorable, de especialista’.

El manuscrito original está escrito con buena letra, delicados entrelazados, adornos bellísimos e iniciales con dibujos, unas veces de figuras humanas y otras de animales. El códice, con 324 folios de 280 x 190 mms., presenta dos partes; la primera, desde el folio 1 al 308v, contiene homilías, sermones y cuatro epístolas, intercaladas estas entre los folios 219v-232v. La segunda ofrece un Penitencial que contendría rasgos de la liturgia mozárabe, que es el texto glosado, editado primero por el padre Berganza (1721), después por J. Priebsch (1895); poco después por Ramón Menéndez Pidal y finalmente por José Manuel Ruiz Asencio (1993), director del equipo de paleógrafos que firma esta edición, la única hasta la fecha que incorpora una versión en castellano actual del texto glosado.

El libro recoge las aportaciones de Gonzalo Santonja Gómez-Agero (Ilcyl), José A. Pascual Rodríguez (RAE), Ramón Santiago Lacuesta (Universidad Complutense), Miguel C. Vivancos Gómez, Carlos Pérez González (Universidad de Burgos), José Ramón Morala Rodríguez (Universidad de León), José Antonio Bartol Hernández (Universidad de Salamanca), Rosa María Espinosa Elorza (Universidad de Valladolid) y María Nieves Sánchez González de Herrero (Universidad de Salamanca).

El ‘Fuero de Brañosera (Estudio y edición crítica)’ es la investigación sobre el documento considerado la primera ‘carta puebla de España’. Coordinado por José Manuel Ruiz Asencio (UVA), Félix Martínez Llorente (UVA), José Ramón Morala (Universidad de León) y Jose Antonio Bartol (Universidad de Salamanca), es un estudio que desentraña el complejo proceso de transmisión del ‘Fuero’, desvela su importancia histórica, analiza el pálpito del romance de los orígenes y pone al alcance de todos un documento fundamental: la carta de nacimiento del municipalismo y, en consecuencia, de las libertades.

Fechado en el año 824, constituye uno de los escasos, antiguos y completos testimonios existentes relacionados con la repoblación castellana altomedieval y con el origen de la organización municipal española actual. Especialistas de las Universidades de León, Salamanca y Valladolid han participado en esta investigación sobre los orígenes del español.

Este nuevo título sitúa a la provincia de Palencia como una pieza clave en los orígenes del español. “El Fuero de Brañosera tiene un puesto de honor para el estudio del nacimiento del romance castellano en la provincia de Palencia, aspecto contemplado por primera vez en esta edición con carácter monográfico”, ha argumentado el paleógrafo-diplomatista José Manuel Ruiz Asencio (UVA), coordinador de la edición junto al historiador del Derecho Félix Martínez Llorente (UVA) y los filólogos José Antonio Bartol (USAL) y José Ramón Morala (ULE).

“Es un documento mínimo, pero que resulta trascendente en la historia del derecho español”, ha señalado Martínez Llorente, que se ha adentrado en la historia institucional del territorio a través del análisis jurídico del texto. En el análisis de los aspectos lingüísticos, José Antonio Bartol ha señalado que existen dos etapas diferenciadas, que corresponden a los siglos X y XI y XI y XII. ‘Se trata de un texto muy antiguo, virgen, del que se hace por primera vez un estudio histórico jurídico impresionante”, ha añadido. En opinión de Morala, “se trata de un ejemplo de la complejidad lingüística de ese momento”, ha señalado consciente de la importancia de tener la datación exacta del documento.

Estamos ante un documento muy antiguo que trata esencialmente de la repoblación de una zona de la montaña palentina con la llegada de cinco familias traídas por Munio Núñez, conde de Castilla, y a las que se concede una tierra para vivir, además de exenciones militares y económicas, como no tener que hacer vigilancia en la frontera con los moros o pagar unos tributos medidos y asumibles. El ‘Fuero de Brañosera’ no tiene todavía naturaleza de carta de municipalidad, pero es su embrión y constituye una pieza clave en el estudio de la familia condal castellana por la rama materna de Fernán González.

El documento lo dio a conocer por primera vez en 1615 el obispo Prudencio de Sandoval, benedictino emparentado con el Duque de Lerma. Lo halló en un viejo pergamino del siglo XII, escrito en visigótica, que se encontraba en el archivo del Monasterio de San Pedro de Arlanza, la institución monástica dilecta del conde Fernán González. La edición de Sandoval ha seguido usándose casi hasta nuestros días.

Hasta el siglo XX no se dudó de la autenticidad esencial de la carta puebla. Pero gracias al desarrollo de la ciencia diplomática representada por el francés Lucien Barrau Dihigo y los avances en el conocimiento de la historia del Derecho medieval español Sánchez Albornoz, García Gallo, Martínez Díez se ha podido determinar que el ‘Fuero de Brañosera’ no ha llegado a nosotros en su estado primigenio, sino que ha sufrido varias interpolaciones literarias que no afectan al contenido esencial. Se conocen cuatro ediciones anteriores del ‘Fuero’ Prudencio de Sandoval (año 1615); José Antonio Llorente (1807); Luciano Serrano (1925) y Gonzalo Martínez Díez (2005) que han servido a los estudiosos de cada período para profundizar en el conocimiento del documento.

Con prólogo del presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, y preliminar de Gonzalo Santonja, la propuesta de poner en marcha esta nueva edición surgió en noviembre de 2019 durante la celebración del Congreso Internacional ‘Las Glosas Silenses. Mil años después’, promovido por el Instituto Castellano y Leonés de la Lengua y celebrado en el Palacio de la Isla de Burgos.

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