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La Facultad de Ciencias visibiliza los trastornos alimenticios a través de tres testimonios

El próximo lunes, 30 de Noviembre, se celebra el Día Internacional de la lucha contra los trastornos alimenticios. La decana de la Facultad de Ciencias de la Salud, Mª Ángeles Martínez Martín, ha señalado la necesidad de visibilizar estos trastornos que padecen muchos jóvenes, algunos de ellos estudiantes de la Universidad de Burgos.

La profesora de la UBU Mª Ángeles Martínez Martín, y la psicóloga de ADEFAB Mª Mar Herrero Hernando afirman que en «este año tan diferente, tan complejo, en el que estamos viviendo situaciones totalmente desconocidas, y en el que las celebraciones están empañadas por la crisis sanitaria, la Asociación ADEFAB y la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Burgos desean visibilizar el día internacional de la lucha contra los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA), haciendo hincapié en que este año está resultando especialmente duro y espinoso para las personas que presentan estos trastornos».

En esta incertidumbre y desconcierto resulta especialmente importante escuchar a aquellas personas que desde su realidad muestran lo que ha supuesto para ellas estos meses de un año que pasó sin primavera y con un otoño tambaleante. Sus palabras, transmitidas a través de whatsapp, «lo dicen todo y están recogidas en tres testimonios».

Testimonio 1:
Hola. Me gustaría compartir con todos mi experiencia referente a mi enfermedad que llevo arrastrando 8 años que es un TCA, trastorno por atracones, en mi caso. El tema de estar encerrada durante la pandemia sola en mi casa durante 3 meses, te sientes con ansiedad, frustrada, supongo que como a todos ciudadanos, pero en este caso nuestra aliada es la comida, nuestra compañera, nuestra amiga y sobre todo nuestra mayor enemiga. Durante todo ese tiempo tenía atracones un día sí y otro también, sin poder controlarlos al interrumpir mis terapias en el centro de día al cual iba. Y a raíz de eso tuve un desencadenante que fue que mi vesícula se resintiera, me tuvieron que operar de urgencia y quitármela de lo cual pague mi precio…y otros 3 meses más de casa para la recuperación.

En resumen, esta enfermedad te hace usar la comida de la manera inadecuada y a veces sin poder controlarlo, y en estos tiempos pues se hace más duro, menos distracción más casa…

Testimonio 2
Hola, me gustaría dar una visión sobre lo que sentimos las personas con un TCA. Hace 15 años sufro de anorexia y en mi caso con la pandemia me ha empeorado. Hay muchos días que no aguanto y sinceramente me gustaría desaparecer, porque es muy fácil contarlo pero el estar en lugar de uno es algo que no se lo deseo a nadie, es presión por el lado del trabajo, presión porque quieres hacer todo bien y no puedes con todo, ataques de ansiedad porque sólo pides dormir, nada más que unas horas de dormir, pero te das cuentas que las horas pasan y te faltan mil cosas de hacer ya sean de trabajo, de la universidad o bien que tienes que ir a trabajar.
Llegas a un punto de agobio donde ya no puedes más y lo terminas pagando contigo misma, no comiendo o haciendo cosas peores que, aunque sabes que están mal, es lo único que te tranquiliza.

Testimonio 3
Para mí creo que fue al contrario que para el resto, fue una etapa muy buena dónde mejoré notablemente porque mi madre estaba mucho más conmigo y mi hermano estaba más abierto a relacionarse con la familia y no tan encerrado en el cuarto. Estuve con sonda en casa, mi madre me hacía de enfermera junto con mis conocimientos, pero era lo que yo siempre he deseado: que me cuidara. Así que viví muchos momentos buenos y además recuperé peso por la tranquilidad de espíritu. Echo de menos esos momentos de sentirme visible… Además, no estaba la amenaza del hospital continua.
En este día pedimos comprensión, apoyo y ayuda, a través de una mayor inversión en recursos para atender estos problemas de salud mental, y transmitir esperanza a las personas afectadas de TCA y a sus familias, tal y como simboliza el lazo azul turquesa.

Según estudios realizados en estos meses, desde que se estableció el estado de alarma, indican que esta situación está teniendo un impacto muy profundo y negativo en las personas con TCA dado que tienen que enfrentarse a un doble peligro: la COVID-19 y su enfermedad.

Mª Ángeles y Mª Mar argumentan que «el confinamiento, las rigurosas medidas de seguridad, las continuas medidas restrictivas, la interrupción de las rutinas, el aislamiento social, el miedo al contagio, el desánimo acumulado… van dejando huellas que hay que sumar a las propias del trastorno. Sus dificultades para gestionar la incertidumbre; soportar la falta de actividad; reducir la preocupación constante a un posible contagio y gestionar el estrés y las preocupaciones sin tener que recurrir a la alimentación como válvula de escape, se han agudizado tras los acontecimientos vividos en los últimos tiempos».

Asimismo, a consecuencia de la pandemia, la búsqueda de ayuda y el acceso a una atención sanitaria, se han visto reducidos y en los últimos meses se han detectado considerables nuevos casos, así como recaídas o estancamientos en el proceso terapéutico de muchas de las personas afectadas.

Los TCA son enfermedades mentales con graves repercusiones tanto físicas como psicológicas y como recuerdan las dos especialistas las personas afectadas por TAC no tienen edad, no tienen peso, no tienen sexo, pero si tienen solución.

Según datos de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), son la tercera enfermedad crónica en adolescentes después del Asma y la Obesidad. Además, constituyen la primera causa de mortalidad en la adolescencia, en muchos casos por suicidio. Pero, no hay que olvidar que son trastornos que se pueden prevenir, detectar y tratar, siendo para ello imprescindible saber de su existencia, conocer sus peligrosas consecuencias y facilitar recursos que hagan viable una intervención temprana y eficaz.

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