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La Fundación VIII Centenario inaugura una exposición que reivindica Burgos como origen del comercio internacional

La Fundación VIII Centenario de la Catedral. Burgos 2021 ha inaugurado esta mañana en el Fórum Evolución la exposición ‘El Consulado del Mar y los mercaderes burgaleses’. Será la primera vez que se pueda ver la pintura de la Anunciación del taller de Van der Weyden que se halla en la celda en la que vivió Santa Teresa de Jesús en el convento burgalés de las Carmelitas de San José y Santa Ana. A través de un centenar de piezas, esta muestra reivindica Burgos como origen del comercio internacional. Se podrá visitar, de manera gratuita, hasta el 16 de octubre.

En la inauguración han participado el arzobispo de Burgos y presidente de la Fundación VIII Centenario de la Catedral. Burgos 2021, Mario Iceta; el vicepresidente de esta entidad, Antonio Miguel Méndez Pozo; el presidente de la Diputación Provincial de Burgos, César Rico, y la directora del Museo de Burgos y comisaria de la exposición, Marta Negro.

Además del cuadro que contemplaba Santa Teresa de Jesús, entre las obras expuestas destacan dos pinturas de Marceliano Santamaría, custodiadas en el museo dedicado al pintor en Burgos (Ya se van los pastores para Extremadura y Ancha es Castilla); dos platos litúrgicos creados en Núremberg a mediados del siglo XVI; el relieve en alabastro de La última cena (Museo de las Ferias de Medina del Campo); una colección de monedas de oro de la época de los Reyes Católicos, así como un escritorio y una silla de cadera con incrustaciones (Museo de Burgos); el incunable Liber Chronicarum del monasterio de la Vid, y varias figuras talladas en Malinas procedentes de templos de Sasamón, Villandiego y Oña.

El Consulado del Mar, una asociación mercantil para el comercio de lana desde 1494

Estructurada en seis capítulos, la exposición describe cuál era la situación de Burgos a principios del siglo XVI, convertida en una plaza comercial de importancia internacional desde la creación del Consulado del Mar en 1494 por los Reyes Católicos. Se trataba de una asociación mercantil de comerciantes dedicados, fundamentalmente, a la exportación de lana merina castellana y a la importación de un número considerable de productos, entre los que destacan los paños y tapices de Flandes, según ha explicado la comisaria de la muestra y directora del Museo de Burgos, Marta Negro.

El Consulado del Mar era una institución que garantizaba a los mercaderes el monopolio de su actividad y la protección de la Corona. Las ferias y los nuevos instrumentos contables y financieros entraron a formar parte de la vida diaria de la ciudad: letras de cambio, pólizas de seguro, libros de contabilidad doble, empréstitos…

La lana y el tinte pastel fueron los productos estrella del comercio burgalés de exportación en la segunda mitad del siglo XV y a lo largo del siglo XVI. A través de los puertos de la costa vasco-cantábrica, en especial desde Santander y Laredo, la lana castellana viajaba en barcos hasta Flandes (Brujas y Amberes) y Francia (La Rochela, Harfleur, Ruan, Nantes, El Havre y Lille). Desde Sevilla estos productos llegaban a Canarias y el Nuevo Mundo, y desde Levante iban hacia Italia (Florencia).

Sevilla, Canarias o Lisboa fueron plazas de interés para los comerciantes burgaleses, además de Burdeos, Nantes o Lille, pero fueron Brujas y Amberes las ciudades que recibieron un mayor número de mercaderes burgaleses asociados en el Consulado de la Nación Castellana. Gracias al tornaviaje empezaron a llegar a Burgos nuevos productos, ideas y tendencias, como los textiles y tapices, libros, pinturas y esculturas.

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