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La Exposición Corresponsales en la Guerra de España 1936-1939’ recupera en el Palacio de la Isla las crónicas de los Periodistas extranjeros que realizaron la cobertura de la Guerra Civil

El Palacio de la Isla de Burgos, sede del Instituto Castellano y Leonés de la Lengua, acoge desde hoy, martes 22 de junio, la exposición ‘Corresponsales en la Guerra de España 1936-1939’, proyecto expositivo coproducido por el Instituto Cervantes y la Fundación Pablo Iglesias, que consta de una selección de 23 crónicas en su estado original tal y como fueron publicadas en el periódico del día de los grandes corresponsales que cubrieron el conflicto español.

Ernest Hemingway, George Orwell, Antoine de Saint-Exupéry, John Dos Passos. Martha Gellhorn. Kim Philby, Herbert Matthews, Indro Montanelli, Virginia Cowles y Mijail Koltsov son algunos de los enviados especiales que vivieron y trasladaron a sus lectores la intensidad de la Guerra Civil. En julio de 2021 se cumplen 85 años del comienzo de las hostilidades y la exposición sigue su periplo gracias a la colaboración con la Fundación Instituto Castellano y Leonés de la Lengua, en un periplo que continuará posteriormente por otras localidades de Castilla y León.

A través de estas crónicas y de las biografías y circunstancias de sus autores, se pretende ilustrar lo que, en palabras de Hugh Thomas, fue «la edad de oro» de los corresponsales en el extranjero. Con los corresponsales visitamos los frentes, los hospitales y las escuelas; escuchamos a los que sufren y a los héroes, sentimos el estallido de las bombas y el llanto de los moribundos. La ‘matanza de Badajoz’, la ‘gesta del Alcázar’, el bombardeo de Guernica, la batalla de Teruel, así como entrevistas y reportajes, constituyen los hitos de un conflicto que conmovió al mundo.

El director general de Políticas Culturales, de la Consejería de Cultura, José Ramón González, ha aprovechado para destacar el gran valor histórico que tienen las crónicas de los corresponsales, “por ofrecer testimonios de primera mano de hechos fundamentales en la historia de España”, ha asegurado el director general, que había tenido la posibilidad de ver este montaje en 2006, cuando se inauguró en la sede del Instituto Cervantes en Nueva York.

Cada una de las crónicas se puede apreciar desde una doble lectura, la perspectiva ideológica del informador y los propios recursos de cada enviado especial”, ha añadido González, especialmente satisfecho por la colaboración ‘modélica’ del Instituto Castellano y Leonés de la Lengua con el Instituto Cervantes, en cuanto que abre la puerta a una nueva itinerancia de esta muestra por distintas localidades de Castilla y León. “Es importante saber reciclar la cultura; no importa que la exposición tenga ya quince años”, ha añadido.

La directora de Cultura del Instituto Cervantes, Raquel Caleya, ha coincidido en señalar que con este montaje se iniciaba un nuevo periplo por Castilla y León, después de un recorrido que ha permitido su programación en una treintena de salas de los cinco continentes. “Estamos muy satisfechos de esta línea de colaboración conjunta con el Instituto Castellano y Leonés de la Lengua”, ha apuntado.

Óscar Martín, responsable de Actividades Culturales de la Fundación Pablo Iglesias, ha subrayado igualmente en la inauguración que la Guerra Civil, conflicto del que ahora se cumplen 85 años de su inicio, sigue siendo hoy en día un tema todavía de actualidad, objeto de numerosas publicaciones y estudios.

La concejal de Cultura de Burgos, Rosario Pardo, ha añadido que esta exposición permite ver esta contienda ‘desde otros ojos’, al aportar una visión diferente que permite conocer cómo se vio desde otros países. “Quiero felicitar al Instituto Castellano y Leonés de la Lengua y al Instituto Cervantes por una muestra magnífica que permite “leer un libro de historia con diferentes enfoques”.

La exposición fue inaugurada en Nueva York en julio de 2006 y posteriormente recorrió 25 ciudades en más de una docena de países, con especial mención a la escala en Madrid, donde inauguró en 2007 la sala de exposiciones de la actual sede central del Instituto Cervantes en la calle de Alcalá. La Guerra Civil suscitó un enorme interés y el trabajo de los corresponsales, en un tiempo en el que la crónica periodística cobró todo su vigor, permite poner en valor a un grupo de ‘Idealistas bajo las balas’, como les denominó Paul Preston.

En la exposición se puede ver una selección de 23 crónicas de la Guerra Civil, escritas por importantes autores y periodistas de la época, junto con numerosas fotografías que nos permite conocer un poco más cómo fue la Guerra Civil española a través de diferentes miradas.

A la llamada de España acudieron intelectuales, pensadores y artistas de diferentes y, en muchas ocasiones, opuestas tendencias e ideologías para ejercer labores informativas. En la Guerra Civil española participaron varios centenares de periodistas o voluntarios que ejercieron en algún momento tareas informativas. Los grandes periódicos y revistas del mundo enviaron a sus mejores profesionales para cubrir un enfrentamiento en el que estaba en juego el modelo de sociedad del siglo XX.

Lo que se pretende mostrar a través de estas crónicas es la diversidad de enfoques y actitudes de los periodistas. Más de las dos terceras partes de las crónicas están escritas en el bando republicano, la mitad en el año 1936 y sólo tres de ellas por mujeres, pero es la proporción que representa lo que realmente ocurrió. Además, esta muestra, que recoge los artículos tal y como se publicaron en el periódico o la revista en su día, nos permite asomarnos a lo ocurrido en esos años como si lo leyéramos en el periódico de ayer.

La exposición puede ser una manera de estudiar la Guerra Civil española a través de las palabras de los grandes periodistas y escritores del momento. Mediante sus crónicas podemos conocer los episodios más destacados de la guerra, pero también aspectos como la vida cotidiana durante el conflicto. Otra manera de acercarnos a la muestra puede ser mediante la reflexión sobre la profesión de periodista a lo largo del tiempo. Aquí encontramos crónicas de grandes figuras como Hemingway, Orwell o Dos Passos y de personajes menos conocidos que llegaban a España para informar sobre la guerra.

La exposición se articula en torno a una serie de temas.
1. ¿Quién es Franco?
Estamos al principio de la guerra, momento en que todo el mundo se pregunta quién es Franco y qué es lo que pretende. La primera entrevista después de la llegada del ejército de África a la Península la consigue Felix Correia, un periodista portugués que plantea las preguntas adecuadas. En esta entrevista Franco expone sus ambiciones y sus planes, así como sus agravios hacia el Gobierno de la República.

2. La masacre de Badajoz
La represión de Badajoz fue la primera gran noticia de la Guerra Civil. El reportaje de un joven periodista portugués, Mário Neves, y la difusión mundial que consiguió el conmovedor relato del estadounidense Jay Allen, hicieron ver al mundo que en España había comenzado una larga y cruenta confrontación.

Después de cruzar el Estrecho, el ejército de África avanzó hacia el norte, paralelo a la frontera portuguesa, con la intención de unir las dos zonas nacionales y dirigirse luego a Madrid. Pero Franco renunció a continuar hacia Madrid lo más rápidamente posible y retrocedió a Badajoz, donde se habían concentrado muchos partidarios del Gobierno republicano. El 14 de agosto, tuvo lugar la batalla. La ciudad quedó cubierta de cadáveres y se desató la represión.

Una de las maneras de entrar era a través de Portugal. Mário Neves, que trabajaba para el Diário de Lisboa, consigue entrar en Badajoz al día siguiente de la batalla. Su crónica es atroz, nos cuenta que en Badajoz ha habido una masacre donde han muerto miles de personas. Su impacto de lo que vio es tan grande que promete no volver a la ciudad. El Diário de Lisboa ejerce la censura con Mário Neves, algo que se puede ver en la crónica enmarcada con las marcas de las correcciones.

Jay Allen, de The Chicago Tribune, también llega a Badajoz a través de Portugal varios días después; sin embargo, las consecuencias de la masacre siguen siendo evidentes. Esto se puede ver en su relato:

3. La columna Durruti
La entrevista que el reportero Van Paassen publicó con Buenaventura Durruti dio a conocer al mundo el pensamiento del líder anarquista y los motivos de su lucha. Algunas de sus respuestas se han repetido en textos teóricos desde entonces. Al frente de su legendaria columna, Durruti murió pocos meses después, convirtiéndose en mito de la lucha antifascista.

4. España ensangrentada
El escritor francés autor de El Principito, Antoine Saint-Exupéry, llegó a España a comienzos de agosto de 1936 a los mandos de su avión. Recorrió Barcelona y el frente de Lérida y publicó una originalísima reflexión sobre la guerra y la condición humana bajo el revelador título de ‘La España ensangrentada’.

5. La gesta del Alcázar
Inesperadamente, el ejército de África giró hacia Toledo para auxiliar a los sitiados en el Alcázar. Es una de las decisiones más polémicas de Franco, que consolidó su liderazgo entre los generales rebeldes, pero a costa de dar tiempo a la capital para reforzar su defensa. En el Alcázar se habían refugiado unos 1.500 militares y guardias civiles con sus mujeres y algunos rehenes. El sitio comenzó enseguida e incluso llegó a volarse una de las torres, pero la fortaleza resistió hasta que, el 27 de septiembre, Varela entró en Toledo.

El asedio y la liberación del Alcázar de Toledo constituyen una de las principales batallas en el campo de la información de la Guerra Civil. El inglés Harold Cardozo publicó el “primer relato completo” de la resistencia del Alcázar y el portugués Artur Portela siguió a las tropas rebeldes.

Cardozo trababa para el Daily Mail, un periódico inglés de corte conservador proclive a Franco. Su crónica es interesante porque no afirma aquello que no ha comprobado. Se cuenta que durante la batalla el coronel Moscardó habló con su hijo que estaba en Toledo y le dijo que debería morir por la causa.

6. ¡Qué vienen los rusos!
La participación de las potencias extranjeras en uno y otro bando convirtieron el levantamiento militar en una lucha de ideologías. Los alemanes e italianos apoyaron a Franco desde el principio. En esta crónica, el gran periodista ruso Mijail Koltsov narra la irrupción de los tanques rusos en la guerra y la esperanza que esta intervención despierta a los republicanos. Aquí podemos ver la puerta de Alcalá engalanada con motivo del XX aniversario de la Unión Soviética.

7. Madrid resiste
En contra de todas las previsiones, Madrid resistió. Allí estaban los periodistas, entre ellos Geoffrey Cox. Al comienzo de la guerra los periodistas se solían reunir por las noches y hacían apuestas sobre cuánto tiempo iba a resistir Madrid antes de caer. Nadie apostó que aguantaría más de dos meses, y la sorpresa fue que todavía lo haría más de dos años. Fue a partir de este momento cuando llegan a España los más grandes periodistas del momento para cubrir la contienda, en el año 37.

8. Las Brigadas Internacionales
Las Brigadas Internacionales fue uno de los temas que más repercusión encontró en los diarios de todo el mundo. El norteamericano Matthews, compañero y amigo de Hemingway, y el gran escritor ruso Ehrenburg reflejaron en sus crónicas la peripecia de estos románticos luchadores.

9. Censura y muerte
No es fácil saber el número de corresponsales muertos en la guerra de España. Algunas fuentes hablan de una docena, pero es muy posible que fueran más. Los periodistas se acercan a la zona misma de conflicto y arriesgan la vida por informar. Esto también sucedió en la Guerra Civil. El destino se cebó con Luis Delapree, un periodista francés que vino a trabajar para el Paris-Soir. Desarrolló su trabajo pero en numerosas ocasiones se quejó de que sus crónicas se publicaban tarde y constantemente censuradas. Harto de esta situación decidió dejarlo y volver a París, pero el avión el que volvía fue abatido. Sus crónicas completas se publicaron póstumamente.

No fue la única muerte. Jim Lardner, corresponsal del Herald Tribune, se alistó en las Brigadas Internacionales, sin hacer caso a sus compañeros, que le decía que su campo de batalla estaba en la información y no en las trincheras. Murió a los pocos días de alistarse.

La tragedia de Guernica todavía sigue dando que hablar hoy día. Los lunes eran día de mercado en Guernica, una pequeña población a diez kilómetros del mar considerada como la patria de las libertades vascas.

La mañana del lunes 26 de abril acudieron a Guernica agricultores y ganaderos de la región, a pesar de que el frente se encontraba cerca. Aviones alemanes bombardearon intensamente la ciudad y luego se dedicaron a ametrallar a la población que huía despavorida, sin tiempo de llegar a los refugios. Hubo 300 muertos y la ciudad quedó derruida. Pablo Picasso, que había recibido el encargo de pintar un mural para el pabellón español de la feria de París, hizo universal el horror de Guernica con la obra que comenzó a pintar cuando leyó la noticia.

La de Steer es seguramente la crónica más famosa de la guerra, una crónica muy objetiva y precisa. A pesar de las negativas de los alemanes y de los nacionales, el periodista estaba allí y el mundo supo que los bombardeos nazis habían arrasado el pueblo vasco. Su crónica es muy interesante porque nos sirve para ver cómo la colocación y titulación de las informaciones es fundamental.

Mientras The New York Times publicó la noticia en primera página a dos columnas y con la firma de Steer, el Times de Londres la publicó a una columna en páginas interiores, intentando evitar la repercusión de una noticia así. No lo logró y los alemanes amenazaron con la guerra mundial mientras Franco negaba lo que se decía en la información.

La crónica tuvo una enorme repercusión y Steer no se sintió respaldado por su periódico cuando las críticas arreciaron. Abandonó el periodismo y se alistó en el ejército. Murió combatiendo contra los alemanes con sólo 35 años. La necrológica del Times, en plena expansión de los nazis, apenas menciona su labor en España, a pesar de que la suya es la crónica más famosa de la Guerra Civil.

10. El Hotel Florida
En el Hotel Florida (en la plaza de Callao) se alojaron los corresponsales más famosos de la guerra. Soldados, poetas, aventureros de todas las nacionalidades se dejaban caer por el único lugar de Madrid, según se decía, donde era posible darse una ducha con agua caliente. Se convirtió en el centro de los corresponsales extranjeros. Atravesando sus puertas podemos atisbar cómo trabajaban y cómo pasaban el tiempo libre los representantes de la tribu.

Aquí se reunían en el sótano todas las noches, donde hablaban de la situación que estaban viviendo. En la habitación 107 se enamoraron Martha Gelhorn y Hemingway mientras caían las bombas. John Dos Passos nos dejó una magnífica descripción del ambiente del hotel:

11. Primavera en España
Entre tanta desolación destaca por su precisión e intensidad esta visión de uno de los grandes escritores de la guerra, el ruso Ilya Ehrenburg. La primavera brota en España, a pesar de todo. Grandes intelectuales de todo el mundo coinciden estos mismos días en el Congreso de Intelectuales Antifascistas de Valencia.

12. Guerra dentro de la guerra
Orwell es otro nombre esencial entre los corresponsales en España. Su análisis de los enfrentamientos entre comunistas y anarquistas en Barcelona es esencial para entender los motivos y el desarrollo del conflicto.

George Orwell, pseudónimo de Eric Blair, escribió para la revista New English Weekly un artículo que será el germen de su libro Homenaje a Cataluña: una rotunda y valiente denuncia del estalinismo y de los regímenes totalitarios que cristalizará en obras como Rebelión en la granja y 1984.

13. Los secretos de Santander
Harold Kim Philby (1912-1988), el más famoso espía del siglo XX, logró hacerse un hueco como corresponsal de The Times en España. Sus crónicas, astutamente favorables a los nacionales, le facilitaron el ingreso en los servicios secretos británicos. Philby es protagonista de uno de los episodios más curiosos de los corresponsales en la guerra. Acompañado de otros tres periodistas extranjeros, va a cubrir la batalla del Ebro.

Cuando para a descansar, cae una bomba en el coche y Philby es el único de los tres que sobrevive. En el periódico se puede ver cómo quedó el coche después del accidente y en una foto se ve a Philby con la cabeza vendada. Después de este episodio, Franco, personalmente, colgó del pecho una medalla a Kim Philby ¡un espía soviético!

Otro corresponsal, Indro Montanelli, escribió una crónica tan verídica que le costó la expulsión del colegio de periodistas, del partido fascista y el exilio fuera de Italia. En esta información decía que la entrada del ejército italiano en Santander fue tan tranquila que el único enemigo que encontró fue el intenso calor.

14. De Belchite a Teruel
Hemingway es uno de los escritores más conocidos y encumbrados del siglo XX y también cubrió la guerra española. Llega España como un gran escritor que trabajaba para un consorcio de periódicos. No realizaba crónicas sino despachos, una especie de teletipos en los que se hacían noticias más breves. Trabajaba en mejores condiciones que el resto, disponía de coche con gasolina y comida, algo de lo que carecían muchos corresponsales. Esto le permitía poder desplazarse allí donde quisiera para dar la noticia.

En las fotografías le vemos junto con un miliciano y con Martha Gelhorn, de la que se enamoró en la guerra y será su tercera esposa. El resto de corresponsales con frecuencia muestra su envidia.

15. El fin de la guerra
Dos periodistas, William P. Carney, que viaja con el ejército nacional, y O.D. Gallagher, que aguanta la entrada de las tropas vencedoras en una acción arriesgada, nos narran, respectivamente, la caída de Barcelona y de Madrid. Gallagher era un mujeriego, un vividor y un bebedor que decide quedarse en Madrid cuando todo el mundo había huido tras saber que Franco se estaba acercando.

La última censora del edificio de la Telefónica se fue y los nacionales le encontraron solo en el caserón de la Gran Vía, enviando informaciones a las que él mismo ponía el sello de un régimen que ya no existía.

Vivió en el Lago Ness, en Escocia, donde se dedicaba a acompañar a los periodistas que buscaban por allí alguna noticia sobre los misterios el lago. Un día desapareció cuando estaba dando un paseo por los alrededores.

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