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El jueves 19 se realizará una Recreación de un acarreo de materiales para la Catedral


En el siglo XIII Burgos era la capital del Reino de Castilla, una ciudad regia, moderna y en constante expansión gracias a las alianzas políticas y al Camino de Santiago, cooperando a través de las grandes empresas de lana y madera a la construcción de Europa.

No es casualidad que el despegue de los armadores del Cantábrico se produjese también en estos años, la creación de la Mesta en 1273 y de la Hermandad de la Marina de Castilla en Castro-Urdiales en 1300, catapultaron el comercio de los puertos castellanos y el desarrollo económico de Burgos, lo que hizo ubicar, siglos más tarde, una institución fundamental: el Consulado del Mar.

Acorde al rango e importancia de la ciudad, en 1221 se levanta una catedral según el nuevo estilo gótico imperante en Europa, que se convertirá en la primera catedral gótica de la Península y en modelo para las siguientes construcciones del Reino Castellano.

Deduciblemente, aunque se carece de documentos precisos, por aquel entonces nació la Junta y Hermandad de la Cabaña de Carreteros, de algún modo había que transportar los millones de kilos de lana merina que financiaban las obras desde la meseta al mar y los miles de carros de madera del Arlanza y piedra de Hontoria para las construcciones.

La Catedral de Burgos fue indudablemente la primera gran obra pública que atendieron nuestros bosques. Por desgracia, en la amplia documentación histórica de la catedral, todavía quedan por estudiar los libros de fábricas donde podrían encontrarse los contratos de suministro de madera y piedra, pero todo hace suponer que fue la hermandad de carreteros con sus vacas serranas la que corrió con el grueso de las operaciones.

Merece la pena detenerse en las razas autóctonas, hoy olvidadas, que contribuyeron decisivamente a la construcción de la ciudad como son la oveja merina o la vaca serrana negra, que se encuentra en serio peligro de extinción, precisamente porque durante milenios fue educada para el tiro de pesadas cargas dando lugar a un animal atlético incapaz de competir en la producción de carne con otras razas de rápido crecimiento.

Es ahora, el VIII Centenario de la Catedral de Burgos, el que ocho siglos después, nos da la oportunidad de estar seguros de la presencia de los carreteros, las vacas serranas, y por supuesto, los canteros de Hontoria en la construcción de la Catedral de Burgos, como presumiblemente estuvieron aquel día de 20 de julio de 1221.

La Cabaña Real de Carreteros (C.R.C.) está muy orgullosa de comunicar que formará parte del programa organizado por la Fundación VIII Centenario de la Catedral – Burgos 2021 con la recreación de un acarreo de materiales para la Catedral conmemorativo de la puesta de la primera piedra.

El evento comenzará el jueves 19 con las yuntas de vacas serranas saliendo de Cubillo del Campo hacia las canteras para acarrear y cargar una piedra hasta Hontoria. El viernes 20, la ruta continuará hasta Burgos atravesando los pueblos de Revillarruz, Cojóbar, Modúbar de la Emparedada y Cardeñadijo. La llegada a la Catedral está prevista a las 19:00 h con la Recepción de Autoridades y un posterior acto donde se explicará la relación que los diferentes oficios tuvieron con esta emblemática construcción.

Considerando este un excepcional escaparate para reflejar la importancia que la madera de la Sierra del Arlanza, la lana de Oveja Merina y la piedra de Hontoria tuvieron en edificios tan singulares como la Catedral de Burgos y fomentar la preservación de nuestras razas y nuestros recursos, la C.R.C. va a cargar cada uno de sus tres carros con estos simbólicos materiales.

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