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El Instituto Geográfico Nacional, primera institución pública que adquiere el Manuscrito Voynich

El Instituto Geográfico Nacional, dependiente del Ministerio de Fomento, ha adquirido el facsímil del Manuscrito Voynich. Se trata de la primera institución pública en adquirir lo que califican de “réplica perfecta” del “códice más enigmático” de todos los tiempos y que nadie ha sabido descifrar pese a que fue escrito, presumiblemente, en el siglo XV.

Conocedor del valor que tiene el Manuscrito Voynich, del que Siloé elaborará una tirada de 898 ejemplares, muchos de los cuales ya están dando la vuelta al mundo, el CNIG se interesó por un libro que desde hoy se suma al amplio catálogo de un organismo dedicado a las publicaciones cartográficas, entre otros.

El Centro Nacional de Información Geográfica, conocido también por la abreviatura de CNIG es un organismo autónomo de carácter comercial asignado al Ministerio de Fomento a través del Instituto Geográfico Nacional. Su principal misión es difundir y comercializar los productos del Instituto Geográfico Nacional, conocido también por las siglas: IGN, y en estrategia común con él, producir y distribuir sus publicaciones cartográficas y las de otras administraciones e instituciones.

Escrito en un lenguaje totalmente desconocido, aparentemente encriptado, hasta la fecha no se ha podido descifrar ni siquiera por los afamados criptógrafos militares que descubrieron los códigos secretos alemanes y japoneses de la Segunda Guerra Mundial. Ni los más potentes y sofisticados ordenadores del mundo, ni los equipos y agencias más especializadas en el campo de ladescodificación han podido desvelar para nosotros su hermético lenguaje.Tal sucesión de fracasos no ha hecho sino agrandar aún más la leyenda del Voynich.

El misterioso texto viene ilustrado por múltiples escenas de mujeres desnudas, plantas desconocidas o inexistentes o diagramas de constelaciones que nadie logra identificar. El tema es tan apasionante e inagotable y los esfuerzos por esclarecer este tozudo jeroglífico planetario son tan vastos y considerables que han dado lugar a una nueva ciencia: la voynichología.

En el año 2005 y siguientes fueron apareciendo cada vez más publicaciones y libros que abundaban en el insondable misterio del manuscrito. Uno de ellos cayó en manos de los editores de SILOÉ, Juan José García y Pablo Molinero, que, atraídos por ese embrujo, no dudaron en iniciar los trámites para obtener los derechos de ejecución para una edición facsimilar íntegra. Poco después entraron
en contacto con la Universidad de Yale, en EE.UU., que custodia el original en su célebre Biblioteca Beinecke de Libros Raros y Manuscritos, y se desplazaron hasta New Haven para conocer el original. Cuentan los editores que, como no podía ser de otra manera, la experiencia de hojear el original fue auténticamente mágica.

Comenzó entonces el largo e inesperadamente arduo proceso para la obtención de esos derechos de edición que culminaría a finales de 2015. El nombre de SILOÉ daría la vuelta al mundo a lomos de los más variados periódicos y medios de comunicación de múltiples países que se hacían eco de la excelente noticia de que SILOÉ había sido la elegida entre un considerable número de las más importantes editoriales de España, de Europa y de todo el mundo, dedicadas todas ellas a este apasionante arte de clonar manuscritos y documentos antiguos y que aspiraban igualmente a obtener esos derechos.

Era todo un ambicioso reto y algo completamente inédito en el panorama editorial español. En los últimos dos años se ha llevado a cabo una complicada tarea para lograr lo que parecía casi imposible: conseguir “la réplica” exacta, el clon del que algunos gustan alardear. Según el carbono 14 el manuscrito original vio la luz en el siglo XV. Como resultado de todo ello el mundo comienza a disponer de una edición exigente, muy limitada y única, con el sello de SILOÉ, de tan sólo 898 ejemplares numerados, cada uno con su correspondiente acta notarial.

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