El pasado viernes 28 de febrero se cerró la liquidación de cuentas del ejercicio 2013. Javier Lacalle, el alcalde de Burgos, asegura estar “muy contento con los resultados”, que señalan un superávit de casi 30 millones de euros. El año 2012 terminó con un superávit de casi 2 millones y el 2011 con 2,5 millones. Los 30 de este año se repartirán de la siguiente manera: 15 millones para saldar deudas, como las facturas que faltan por abonar, la deuda de colaboración con los consorcios, sentencias judiciales o el abono de juntas de compensación. Con los otros 15 millones se afrontarán los pagos de los gastos que se han generado en la ciudad durante los primeros meses de año. Así, las facturas, que se estaban pagando tras una media de 8 meses, pasarán a abonarse en 1 mes. Lacalle también ha informado de que este superávit no se destinará a inversiones.
En cuanto a la deuda municipal, la cifra supera los 136 millones de euros, que incluyen la deuda comercial. Sin embargo, el porcentaje se ha rebajado en casi 20 puntos. En el año 2012 el endeudamiento se situaba en el 91,7%, estando en 2013 en el 72,9%. Al estar por debajo del 75%, el Ayuntamiento puede pedir ayuda económica, cosa que ha asegurado Lacalle, no harán.
Salvador de Foronda, concejal de Hacienda, señala que estar por debajo de este porcentaje es muy importante e indica la pretensión del consistorio por acabar 2014 con el 65%. Además, pide al propio Gobierno de España «modificar al plan de ajuste económico y dar más alegrías al Ayuntamiento».
